Ni un paso atrás en el derecho a abortar

El aborto es el derecho de todas, pero la decisión de abortar es exclusivamente de la mujer que lo decida.

La Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en España está reglamentada por la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo y el Real Decreto 831/2010, de 25 de junio, de garantía de la calidad asistencial de la prestación a la interrupción voluntaria.

Señalando en esta Ley el Artículo 14. Interrupción del embarazo a petición de la mujer.

Podrá interrumpirse el embarazo dentro de las primeras catorce semanas de gestación a petición de la embarazada, siempre que concurran los requisitos siguientes:

a) Que se haya informado a la mujer embarazada sobre los derechos, prestaciones y ayudas públicas de apoyo a la maternidad, en los términos que se establecen en los apartados 2 y 4 del artículo 17 de esta Ley.

b) Que haya transcurrido un plazo de, al menos, tres días, desde la información mencionada en el párrafo anterior y la realización de la intervención.

Centrándonos en la realización de la intervención, se practican dos tipos: la farmacológica (hasta las 7 semanas de gestación) y la instrumental con anestesia local o general (hasta las 14 semanas de gestación), esta elección normalmente será elegida según la decisión de la mujer embarazada.

Según un estudio de ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo), más del 70% de las mujeres eligen el método instrumental frente al farmacológico, ya que es una intervención que dura como máximo 10 minutos con anestesia local o general y presenta los siguientes efectos secundarios: un sangrado y dolor igual o menor que una menstruación normal. Así mismo es la técnica más rápida y segura con porcentaje de efectividad entre el 98% y el 100%.

En contraposición, el método farmacológico (hasta las 7 semanas) supone ingerir por vía oral uno o más comprimidos de Mifepristona. Trascurridas entre 24 y 48 horas se deberá ingerir otro fármaco denominado Misoprostol. Ambos fármacos son necesarios para interrumpir el proceso de la gestión y estos medicamentos serán suministrados por hospitales y centros acreditados para la interrupción del embarazo. La persona que realice la interrupción del embarazo deberá estar acompañada durante las horas siguientes de tomar Misoprostol y, finalmente, acudirá al centro especializado para asegurar que el proceso ha finalizado adecuadamente. Este método presenta los siguientes síntomas y efectos secundarios: sangrado mayor que una menstruación normal, dolor, náuseas, vómitos, diarrea, fiebre... para disminuir estos síntomas se pueden suministrar analgésicos. A través de este método, tardará entre unas horas o varios días en producirse la interrupción del embarazo y presenta una efectividad entre el 95% y el 98%.

Cabe destacar que esta supuesta elección libre entre el método farmacológico o instrumental con anestesia local o general, al ponerla en práctica, no se cumple, ya que, en algunas Comunidades Autónomas, la Seguridad Social solo cubre íntegramente el método farmacológico y el instrumental con anestesia local. En caso de que la mujer quiera optar por la interrupción voluntaria del embarazo mediante el método instrumental deberá abonar el coste de la anestesia general. La decisión de la mujer está entonces condicionada por su nivel socioeconómico, puesto que no todas las mujeres se pueden permitir pagar el coste de la anestesia general. Además, no todas las clínicas ofrecen la posibilidad de realizar la interrupción voluntaria del embarazo con anestesia general.

Por lo tanto, postulamos y reivindicamos la libre decisión de la embarazada, desde el momento en el que tome la decisión de abortar hasta la finalización de este proceso. El aborto es un tema que pertenece a la salud púbica, por ello, es necesario que los/as diferentes profesionales y administraciones garanticen que todas aquellas mujeres que tomen la decisión de abortar puedan hacerlo en cualquier clínica habilitada para ello y que incluya siempre la opción libre de elegir tanto al método farmacológico como el instrumental con anestesia local o general cubierta esta última por la Seguridad Social sin coste económico alguno para la mujer.

Por otra parte, cabe destacar que, últimamente, se está impulsando la posibilidad de realizar la interrupción voluntaria del embarazo por método farmacológico hasta las 9 semanas de gestación (actualmente está establecido hasta las 7 semanas). Desde mi punto de vista, esta implantación permite mayor libertad, siempre y cuando la mujer pueda decidir el método de interrupción que desee (farmacológico o instrumental), ya que es tan importante respetar la decisión de continuar o no con el embarazo como la elección del método de la interrupción.

En cambio, si se trata de imponer el método farmacológico como única opción hasta las 9 semanas de gestación, por motivos burocráticos y para abaratar costes, tal y como plantea el Ministerio de Sanidad, ello supondría la vulneración del derecho a decidir de la mujer por un método u otro.

Con relación al tema burocrático, tanto los poderes públicos como el Sistema Sanitario deberían garantizar y estar a la altura en este tema y proporcionar tanto los recursos materiales como humanos necesarios para hacer frente a este proceso y facilitar una formación especializada a los/as profesionales sanitarios. Y respecto a la cuestión económica, si realmente pretenden implantar un único método para interrumpir el proceso de gestación porque sale más "rentable", lo que están provocando es que las élites y las personas con recursos económicos puedan acceder a otro tipo de intervenciones por la sanidad privada, que no estarían cubiertas por la Seguridad Social, provocando mayores diferencias entre clases sociales y vulnerando el derecho a la libre elección, en una cuestión tan compleja y delicada como esta. Además, se estaría silenciando a esas mujeres que forman parte de ese más del 70% que han elegido, libremente, la realización de la interrupción del embarazo mediante el método instrumental. Esto no consiste en imponer una técnica sobre otra, sino que lo que realmente se pretende es que se cumpla con la libre elección, proporcionando a la mujer la información necesaria de todos los métodos existentes, para que sea ella quien decida, qué método quiere utilizar, si el farmacológico o el instrumental. Es una decisión y una situación compleja donde nadie debería influir, sino apoyar y acompañar a las mujeres antes, durante y después del proceso.

Finalmente, quiero destacar que aquí en España aún sigue existiendo una desigualdad en el acceso a este derecho considerado "Legal, Seguro y Gratuito". No me quiero posicionar entre un método u otro, pero sí quisiera resaltar dos aspectos. En primer lugar, la interrupción del embarazo mediante el método instrumental con anestesia general debería estar cubierta por la Seguridad Social, en todos los casos y en todas las clínicas, para garantizar la libre elección y no estar influenciada por una cuestión económica. En segundo lugar, impulsar el aborto mediante el método farmacológico hasta las 9 semanas como única opción puede provocar efectos negativos en las mujeres a nivel psicológico, ya que la elección de una técnica u otra no es un capricho, sino que forma parte de este proceso y tiene que ser la mujer quien decida cómo quiere hacerlo, contando con el apoyo Sanitario y de las administraciones. Se trataría, pues, de garantizar que las mujeres que hayan decidido libremente no continuar con su embarazo puedan tener una asistencia médica y de calidad desde una perspectiva empática y feminista.

El aborto en nuestra sociedad es un tema tabú y están promoviendo que miles de mujeres no cuenten cómo vivieron esos días previos a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, ese proceso y esos días posteriores a la toma de una decisión que no deja indiferente a nadie, y todas esas vivencias, sentimientos y miedos quedan condenados a la invisibilidad, a la estigmatización y a la clandestinidad. Pero eso tiene que cambiar y nuestras historias tienen que ser conocidas porque cada una de nosotras tiene algo que aportar a esta sociedad y sobre todo a los/as especialistas y los/as expertos/as dedicados/as a hacer este tipo de intervenciones, nos tienen que escuchar para tratar de mejorar y promover cambios, porque todo lo que pasa en ese proceso es decisivo y, gracias a nuestra experiencia, podemos ayudar a otras mujeres que pasen por esta situación para que estén mejor atendidas y sean mejor comprendidas.

La Ola Verde es más fuerte y visible que nunca y se ha vuelto imparable, reuniendo a mujeres de todo el mundo en una sola voz, porque el aborto tiene que ser LEGAL, SEGURO Y GRATUITO.


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